Pastando en la M-30

Pues va a ser que las obras de Madrid tienen un lado positivo. Han localizado en Madrid 320 piezas arqueológicas durante las obras de remodelación de la M-30, la mayoría pertenecientes a las eras Terciaria y Cuaternaria.
Cada zona de la M-30 ha dado pie a distintos hallazgos. Hasta ahora, según los estudios preliminares del ayuntamiento, destacan por su importancia el cráneo de Bos primigenius (un toro cuaternario que pastó en O'Donnell), un caparazón de tortuga gigante (también en O'Donnell), y las piezas dentales de los grandes mastodontes en torno a la A-3.
Bueno, hay mil movidas más que han encontrao por ahí... Si alguien encuentra un enlace con información más exhaustiva, rogaría que lo colgase aquí mismo.

De momento, Gallardón quiere exhibirlos... en un museo para "recuperar la memoria histórica". Sobre dicho museo, tengo este enlace.

En la fotito, un cacho de cráneo de Bos primigenius (se puede ampliar haciendo clic).

Extraído del ABC (15/12/2005)

Huesos Derrocados

He encontrado un artículo sobre la obra que se considera "la obra creacionista líder sobre fósiles humanos"... Por favor, si alguien lo tiene que me lo pase. A propósito, el autor, Marvin Lubenow, es actualmente es profesor de Biblia/Apologética en el Colegio Cristiano Heritage (Christian Heritage College) en San Diego, California.

Aquí hay una especie de seudoentrevista. Madre mia...

http://www.answersingenesis.org/Espanol/docs/huesos.asp

Los creatas molan.

¿Escroto humano?

La primera información escrita del hallazgo de huesos de dinosaurios se remonta al siglo XVII. En 1677 Robert Plot, primer conservador del Ashmolean Museum de Oxford, publicó su "Natural History of Oxfordshire". En este libro se describe y se figura un fragmento distal de un gran fémur que Plot interpretó como perteneciente "a un hombre o, al menos, a algun otro animal", probablemente, según Plot, a uno de los elefantes llevados a Gran Bretaña por los romanos. Este resto óseo, actualmente perdido, pertenecía probablemente a un dinosaurio carnivoro (¿Megalosaurus?), y R. Brookes lo denominó Scrotum humanum en 1763. Debido al caracter poslinneano (posterior a 1758) de esta propuesta de Brookes, este binomio -que supondría la primera denominación del primer dinosaurio publicado- podría ser válido. Según el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica no es así, y debería ser considerado como un "Nomen Oblitum" (nombre olvidado), al no haber sido utilizado por ningún autor en más de cincuenta años.

En cualquier caso, este primer resto de dinosaurio con constancia escrita y gráfica fue ya objeto de una interpretación ideológica. En el año 1768 J. B. Robinet valoró este resto desde un punto de vista seminalista: los fósiles pueden crecer en el interior de la tierra a partir de semillas de un organismo vivo. Robinet describió este Scrotum humanum como realmente perteneciente a un hombre desarrollado en el subsuelo y proporcionó detalles anatómicos sobre sus supuestos testículos.

Fuente:
Sanz, Jose Luis : Mitologí­a de los dinosaurios

Abejas que reconocen caras

¿Sabrías tú distinguir entre dos abejas de la misma especie? Pues ellas sí son capaces de distinguir y recordar rostros humanos, y eso que sólo poseen un 0,01% de nuestras neuronas.
Esto ha sido descubierto por científicos de la Universidad de Cambridge, que hicieron experimentos para comprobar la habilidad de las abejas de recordar caras humanas. Pusieron una pequeña cantidad de sacarosa en una foto de un rostro humano y la mezclaron con otras fotos. Las abejas no tardaron en aprender cúal era la cara que contenía el azucarado manjar y se dirigían a ella en un 90% de los casos. Incluso habíendolas separado del estímulo durante dos días las abejas eran capaces de recordar la cara y acudían raudas hacia ella.
No conviene alarmarse, porque según estos científicos las abejas simplemente nos entienden como una flor de muy extrañas características y el experimento hubiera salido igual con patatas en vez de caras humanas.

El artículo en inglés entero en Science

"No era muy distinto de una gamba"

Así parece que han dicho de las huellas de un fósil de un escorpión gigante halladas en Escocia. Hibertopterus representa el mayor rastro terrestre (¡de un tamaño próximo a la talla humana!) de un artrópodo encontrado hasta la fecha.

Yo no puedo dejar de imaginarme una gamba de mi tamaño... Vaya paella...

Artículo: elpais.es