30 mayo 2006

Corazón de verano

La prensa rosa está últimamente muy pesada con los mismos temas, una y otra vez. Y eso es porque no se han enterado del hallazgo de stem cells en el corazón. Annarosa Leri (que no Ana Rosa Quintana) ha resuelto la duda que supuso el logro en un principio: ¿eran células aventureras que se habían perdido en la excursión desde la médula ósea? Resulta que no. Parece ser que realmente tenemos células capaces de regenerar tejido dañado, a pesar de que entre las características principales de un corazón -rojo, lleno de sangre, caja fuerte del amor, etc...- no se cuenta la de dividir sus células.
Así que nuestra intrépida Annarosa, del Piero Anversa’s laboratory de Nueva York, ha tomado prestadas células totipotentes del corazón de gente en plena operación para transplantarlas a corazoncitos dañados de ratón. Annarosa asegura que esto promete y que pronto será la alternativa al uso de células de la médula ósea.

¿Qué mecanismos son los encargados de regular estas células? ¿Cómo podemos activarlos? La respuesta a estas preguntas (y a muchas otras), quizá otro día.


Proceedings of the National Academy of Sciences (DOI: 10.1073/pnas.0600635103)